La Mente y su Enfermedad

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Editorial Febrero 2018

 

Un mundo envuelto en llamas es lo que esta humanidad ha desatado, la inusitada violencia que de pronto surge del ser humano, tiene costos Kármicos, que alimentan un futuro con menos probabilidades de paz. ¿Cuál es a ciencia cierta el futuro que nos tocará vivir, o les tocarávivir a los futuros humanos? Según dice un Sabio “Si quieres saber cómo o quien fuiste en el pasado, obsérvate como y quien eres ahora, si quieres saber cómo serás en el futuro, observa cómo te conduces también ahora”, cada ser humano es un compuesto de resultados acumulados del pasado, a esa acumulación, se le llama “Tendencias”, pero además, estas, son llamadas Nidānas. Es la acumulación de “Tendencias”, lo que provoca que la Ley de Karma actúe sobre cada ser humano, porque esas “Tendencias”, terminan siendo su vehículo y dependiendo de que, si las acciones que provocan esas “Tendencias” son buenas o malas, será la justa Ley de Karma, la que retribuirá el resultado como bueno o malo finalmente. Pero, hay que tener en cuenta que el ser humano al ignorar los movimientos de la Ley en su accionar sobre ellos, a cada resultado Kármico, le agrega acciones que ponen en movimiento nuevamente el complejo sistema de esta Ley retributiva, haciendo de esta manera, una incesante rueda de peregrinación entre los claros y oscuros estados de felicidad y de infelicidad. Los Nidānas, están también compuestos por cinco Skandhas, estos son los principales compuestos que causan los diferentes estados de egoísmos, el sentido de pertenencia, el orgullo, y dos de ellos, el sentido del “yo”, el Buddha dijo: “Los Skandhas no son malos, sino, el apego a ellos”. Los apegos desatan esa violencia en los humanos, es el egoísmo que en su desenfrenada ambición, impulsa al ser humano a ser el que debe ir al frente de todos los demás, sin comprender que hay millones de personas en el mundo que aspiran a lo mismo y la puerta del éxito es muy estrecha y sólo pasan por ella los más capaces. Pero, esa capacidad no siempre está basada en acciones correctas, por el contrario, son gestadas en las confabulaciones mentales impregnada de ese egoísmo que lo único que desea es eternizarse en las transitorias ilusiones de la materia, cualquier persona que pasa por esa puerta pero arrastra tras de sí una incontable cantidad de acciones incorrectas por su desatinada ambición, podrá disfrutar de todo esos banales logros hasta que la vejes le ponga punto final a sus correrías nocivas.

Este preámbulo, trata en su síntesis de mostrar cuán enferma está la humanidad a consecuencia de esos apegos, de los cuales nacen todos los incontables sufrimientos humanos. En un mundo donde sólo el tres por ciento de los humanos, son dueños de descomunales fortunas y un noventa y siete por ciento, batalla dejando jirones de sus Almas intentando atravesar una puerta tan ilusoria como sus sueños y ambiciones, se nos muestra un mundo resentido, defraudado, vencido en sus aspiraciones, apesadumbrados ante la impotencia del “no llegar”. ¿Dónde comienza el error para tan espantoso resultado? Tal vez en la misma Mente del hombre, que ha tomado como una realidad perpetua a este mundo, a la vida en él; este error, desata las más crueles ambiciones en el hombre y su entorno, y es así que sus frustraciones son llevadas a las acciones criminales de todo tipo. La asociación de la Mente humana con un intelecto instintivo, colaborará siempre con su impregnación del mundo material conjuntamente con todas las sensaciones de gozo, placer, estimulación de estos, etc., pero si la Mente es llevada hacia altas aspiraciones del bien común, ese intelecto que ha estado inmerso en sus propios necesidades básicas, comenzara a sufrir una transformación, que hará que sus capacidades comiencen a comprender la limitación de la existencia en este estado material. Y cuando decimos que “sufrirá una transformación” es porque un mundo de decepciones comienzan a revelarse ante sí, porque lo que se había tomado como un ejemplo a seguir, el aumento de una visión clara, dentro del aumento de ese intelecto que se eleva, nos demuestra el grado del pernicioso instinto que tenía ese ejemplo. Los gustos dejan de ser gustos por placer, todo lentamente crece en valores diferentes mientras decrecen los efímeros valores del pasado que ya no ata con sus instintivos apegos. La Mente posee dos estados a saber, uno empírico y el otro Espiritual, el empírico se funde con toda la manifestación, o sea lo fenoménico, la Mente desarrolla un enfoque continuo en la forma pero a la vez el deseo de poseerla, esa identificación la pierde en la inmensidad de la Evolución constante de esas formas que van mutando, modificándose a tal punto que la Mente adquiere un sentido de separatividad tan poderoso que termina negando su parte más elevada, la Espiritual, lo que puede provocar una terrible desconexión entre sus Principios más elevados, pero este tema requiere de una extensa explicación que tal vez tratemos más adelante.

En el Mahâyana Sraddhopâda-Sâstra se dice, efectivamente ‘El Espíritu (Manas) tiene dos puertas, por las cuales salen sus actividades; una conduce a la realización de la pura naturaleza Espiritual (âlaya-vijjñâna), la otra a la multiplicidad de lo que aparece y desaparece de la vida y de la muerte. ¿Pero cuál de ella representa la naturaleza pura del Espíritu? Ninguna, sino la suprema claridad y unidad, la Totalidad que lo envuelve todo, la quintaesencia de la realidad’.” (Lama Anagarika Govinda)1

Bien, entonces, a la raza humana compete interesarse en los métodos que le permitan conocer cómo se puede impulsar el estudio del Manas, o de la Mente, para salir del penoso estado en que se encuentra la mayor parte de esta desviada humanidad, sólo el ser humano puede ser el salvador del humano, no existe un sólo milagro que no sea el esfuerzo conjunto para lograr este beneficio de nuestra Evolución y del Progreso Espiritual en nuestro mundo, recuerden que todo lo que de bien se hace, todo la Compasión, que es el Amor en acción, surge indefectiblemente de nuestra Mente, pero una Mente enferma de egoísmo, petrificada y crucificada en los bienes materiales por los apegos mezquinos que separan, jamás podrá pensar tan sólo por un segundo en la Fraterna Hermandad de la Humanidad, eso sólo se logra curando esta parte de la Mente que errada y confundida, deja de deambular por los oscuros mundos de la ilusión que la llevan inexorablemente cada vez más bajo. Agregamos, toda Mente, que se establezca sólo en el plano fenoménico, es una Mente enferma, todos los atributos de la materia con sus Nidānas y Skandhas le invadirán, haciendo que fracase como Individualidad que busca su legítimo ascenso hacia esa totalidad a la cual pertenecemos.

Este órgano (Manas), puede únicamente desarrollarse por medio de la Meditación, es decir, por la detención de nuestras actividades pensantes, de nuestros incesantes discursos y razonamientos apasionados, y por la reorientación de nuestro rayo visual de lo múltiple hacia lo único, de lo limitado hacia lo ilimitado, de lo intelectual a lo intuitivo (esa cualidad que puede actuar desde y hacia todos los planos concebibles, desde lo sensible hacia las más altas experiencias Espirituales), del yo al no-yo, de lo finito del objeto a el infinito del espacio, hasta que seamos penetrados por toda esa extensión y esa infinitud, hasta el punto en que, cuando volvamos a reconsiderar lo que es mezquino, singular, individual y personal, no perdamos jamás el sentido de correlación con el todo y no caigamos de nuevo en el error de la idea del ego.” (Lama Anagarika Govinda)2

 

 


1- Extracto del libro Fundamentos de la Mística Tibetana del Lama Anagorika Govinda, publicado en castellano por Editorial Ayras en España en e laño 1975.

2- Idem.