Intuición: Un Acceso a la Verdad
Por Luis Spairani
La cuestión primordial que siempre ha conmovido al hombre es el interrogante sobre el sentido de la existencia humana y la índole de nuestras relaciones con los otros y con lo absoluto, lo que traería aparejado la reposición del espíritu considerado como fuente eterna de SI MISMO.
El fundamento que origina todas las operaciones del pensar, el querer, el sentir, etc., tiene por supremo objetivo el despertar en cada individuo una consciencia clara y firme como fuera posible acerca de la actividad interior que lo constituye… El empleo del conocimiento intuitivo en la investigación teosófica es altamente estimado y los filósofos han destacado el valor cognoscitivo superior de la intuición, considerando que proporciona un saber más inmediato y sustancial de la realidad que el saber discursivo.
La filosofía sufre un gran menoscabo cuando se la separa de su propósito esencial, que es un afán ilimitado por la búsqueda de la Verdad. La intuición filosófica se presenta en aspectos diferentes según se dirija a la realidad o al pensamiento.
Así, según Plotino, la verdad o la belleza suprema se descubren en la intuición misma, mística. Se trata de una belleza puramente espiritual que no contiene nada de lo sensible, es puro esplendor sin forma, vivido en un estado de éxtasis. “Para los hombres comunes, la facultad de conocer es la linterna que ilumina el camino. Para el hombre intuitivo o el genio, es el sol que ilumina al mundo”. Es así que para el primero está al servicio de sus necesidades, el segundo se sitúa en el plano de la “libertad contemplativa”.
La experiencia mística sobrepasa la experiencia intelectual. La verdad es la manifestación objetiva, expresión de la realidad vivida en el presente y en todos los tiempos por todos los místicos.
Sin embargo, los realistas transcendentales son metafísicos que tomaron sus construcciones mentales por la verdad última; confunden su interpretación con la verdad misma. Esto significa que existe toda una escala en el intento de comprenderse a sí mismo y sus alrededores: el mundo en general.
El estudiante de la sabiduría divina o TEOSOFÍA procura tener esa experiencia de TOTALIDAD que se presenta como un relámpago de entendimiento y comprensión, la que se define como intuición, conocimiento generalmente integrado. La comprensión viene mediante la Síntesis —unificación, integración.
Sólo aquellos que un su intimo análisis no puede dividirse es lo UNO, simple e imperecedero, tal como se describe en la literatura teosófica; es la esencia última de una cosa distinta e individual en su naturaleza que la hace única e indestructible…
Nuestro pensamiento rara vez percibe la unidad del TODO, sólo ve las partes. H.P.B. señala “es como si en el ser humano residieran dos Yoes”.
Se puede evitar el movimiento, el descanso, etc. pero no podemos sustraernos del pensamiento. Uno piensa y ese pensamiento está emponzoñando cada paso de la vida como yo personal cuyo máximo límite es el desinterés absoluto por la vida universal, la que se transforma en energía dirigida hacia la gratificación de la propia personalidad.
Nuestro propia existencia, que es distinta de la TOTALIDAD, de lo real, está en contacto incesante con ella, sólo puede realizarse a la luz del conocimiento intuitivo. Este conocimiento la libera. La Luz es dada sólo a aquel que la incorpora a la capacidad de amar y de querer. El intelectualismo resulta estéril, si no está empapado de espiritualidad.
La meditación es considerada como la más eficiente disciplina para la búsqueda de la Plenitud —la realidad— no limitada por sus variadas atracciones personales, dando como resultado de la experiencia interior vivencias sobre la Paz, el Amor, el correcto discernimiento, etc.
Es muy diferente utilizar la mente cerebral —kama manas— la cual sigue la dirección del fuerte impulso de la voluntad personal (psicológica) que es la que limita el acceso a la verdad sobre el pensamiento. Modificar esta situación consiste en posibilitar a la Conciencia, trabajar internamente sobre el pensamiento, lo que implica la UNION de la mente ideal-espiritual (budhi manas) con la mente turbia.
Estas ideas espirituales no son inventos, son tendencias de la psique humana, sentidos como la Ternura, la Paciencia, la Pasión, etc.
Tan pronto como nos es dada la iluminadora experiencia nuestra vida recobra su gravedad esencial al recordar sus vivencias con el corazón de lo REAL. La vida emerge desde dentro de una dimensión u origen diferente de las varias fuentes que pertenecen al plano material. Surge desde adentro y se mueve hacia fuera. Tiene un origen misterioso, dirigiéndose al exterior, evoluciona, aumenta y manifiesta su naturaleza en un grado creciente.
La verdadera felicidad se basa en una profunda realización en la cual nos sentimos libres del temor y la inseguridad. De hecho, algunas veces, parece que la meta del desarrollos psíquico e individual es aproximarse al conocimiento de que la propia y única individualidad es igual al individual y eterno arquetipo.
La aspiración no es el incentivo que mueve a la generalidad de las personas. Por lo tanto, no están dispuestas a dejar el campo de lo conocido para profundizar en el interior de sí mismos y descubrir lo que está oculto bajo las capas más profundas de su conciencia. Solamente cuando el individuo se preocupa seriamente por los problemas de la vida y se enfrenta con ellos para encontrarles solución es cuando comienza a funcionar en forma intuitiva, que es la que otorga la percepción individual, el conocimiento directo.
El escritor mexicano Octavio Paz señala: “es la manifestación de la OTREDAD constitutiva del hombre, no está adentro en nuestro interior, ni atrás como algo que emerge de pronto del lino, del pasado, sino que esta adelante, es algo (o alguien) que nos llama a ser nosotros mismos y ese alguien es nuestro ser”.
El SER es DEVENIR. Y el devenir es creación de nuevos valores. El plano de la conciencia se ha de convertir en el verdadero hogar de la humanidad. El SABER y las IDEAS percibirán la realidad y agregarán al mundo creado por el hombre, manifestando el aspecto objetivo, lo que la intuición expresa de lo subjetivo. Ella, es la VIDA manifestándose en el plano Objetivo o Concreto. Ella, la INTUICIÓN, se sitúa en el plano mental. Es la evolución de la vida que impulsa hacia una nueva dimensión de la conciencia. Es el conocimiento de una transmutación que se realiza en la conciencia de los hombres. Esto presupone encarar la liberación de las preocupaciones que constantemente engendra la lucha por la supervivencia material (objetiva). Por lo tanto, debemos aprender a ser concientes de cómo estamos viviendo. Nuestra impaciencia nace de la ambición; un problema que requiere encararse.
A la humanidad se la puede ayudar a descubrir lo que es RECTO y, por lo tanto, verdadero. Esto es parte de nuestra tares, podemos hacerlo por medio de la enseñanza de la Teosofía y con nuestro propio ejemplo.
Todo el problema para la realización de la vida espiritual consiste en la ilusión del yo personal.
El conocimiento teosófico, el contenido de la antigua SABIDURIA, existe como una actividad innovadora, especialmente en los modos de sentir y conocer; por ello, aquellos que están fervientemente identificados con esta maravillosa filosofía del conocimiento oculto dedican parte de su atención a difundirlo; principalmente, aquellos pensadores miembros de la S.T. que están fuertemente identificados con el mencionado conocimiento que señala cómo despertar a la vida real. Bendiciones para ellos.