Sobre la Teosofía y los Teósofos

Extracto de la Primera Carta de H. P. Blavatsky a la Convención Americana1

Editorial Octubre 2014

 


Muchos se han preguntado alguna vez ¿qué es la Teosofía? o ¿para qué sirve? o ¿cuál es la función que debe cumplir en el mundo? Todo esto está claramente expuesto en la literatura del Movimiento comenzado en 1875, pero reflexionando en ello, aparece en nuestro pensamiento un nuevo interrogante ¿qué deben hacer los teósofos, más allá de sus estudios y la incorporación del resultado de esto a su propia vida? Cómo se debe actuar en la vida frente a los problemas sociales como la pobreza o la injusticia por ejemplo, de qué manera se debe intervenir; lo que algunos argumentan, no estar tan claro. Entonces, bien vale la pena reflexionar sobre este interrogante, ¿qué deben hacer los estudiantes de Teosofía? Esto también nos hace pensar, si vivimos de manera tal, que seamos dignos de ser llamados teósofos. En una carta escrita a W. Q. Judge, H. P. Blavatsky describe a grandes rasgos la tendencia y el estado en el que se encuentra nuestra “civilización” y nos deja ver cuál es el compromiso que como teósofos tenemos, pero principalmente, como seres humanos, ya que debemos tener un accionar acorde al estado de Conciencia, adecuado al punto de la evolución en el que nos encontramos, como humanidad. Y esta, en su conjunto, debe asumir la responsabilidad que como tal le corresponde.

H.P.B. con su carta nos permite reflexionar sobre la acción que debe realizar un teósofo por sus semejantes. Leamos atentamente sus palabras. 

Presentado por Guillermo Colombo

 Integrante del Centro


 


 

[...]La tendencia de la civilización moderna es una reacción hacia el animalismo, hacia un desarrollo de las cualidades que conducen al éxito en la vida del hombre como un animal en la lucha por la existencia animal. La Teosofía busca desarrollar la naturaleza humana en el hombre, además de la animal, con el sacrificio de la animalidad superflua que la vida moderna y las enseñanzas materialistas han desarrollado en un grado que es anormal para el ser humano en esta etapa de su progreso.

Los hombres no pueden ser todos ocultistas, pero todos ellos pueden ser Teósofos. Muchos que nunca han oído hablar de la Sociedad son Teósofos sin saberlo ellos mismos; porque la esencia de la Teosofía es la perfecta armonización de lo divino con lo humano en el hombre, el ajuste de sus cualidades y aspiraciones divinas, y su dominio sobre las pasiones terrestres o animales en él. Bondad, ausencia de todo sentimiento dañino o egoísta, caridad, buena voluntad con todos los seres, y perfecta justicia con los demás así como con uno mismo, son sus principales características. El que enseña Teosofía predica el evangelio de la buena voluntad; y lo contrario de esto es cierto también, el que predica el evangelio de la buena voluntad, enseña Teosofía.[...]

[...]Estoy confiada de que, cuando se comprenda la verdadera naturaleza de la Teosofía, el prejuicio en contra de ella que ahora lamentablemente prevalece, se extinguirá. Los Teósofos son necesariamente amigos de todos los movimientos en el mundo, ya sean de índole intelectual o simplemente práctico, para el mejoramiento de la condición de la humanidad. Somos los amigos de todos aquellos que luchan contra la embriaguez, contra la crueldad hacia los animales, contra la injusticia para con las mujeres, contra la corrupción en la sociedad o en el gobierno, aunque no nos inmiscuimos en política. Somos los amigos de aquellos que ejercen la caridad práctica, que tratan de levantar un poco el enorme peso de la miseria que aplasta a los pobres. Pero, en nuestra calidad de Teósofos, no podemos participar en cualquiera de estas grandes obras, en particular. Como individuos podemos hacerlo, pero como Teósofos tenemos un más importante, más grande y mucho más difícil trabajo que hacer. La gente dice que los Teósofos deben mostrar lo que hay en ellos, que “el árbol se conoce por sus frutos”. Construyan viviendas para los pobres, se nos dice, abran “comedores populares”, etc., etc., y el mundo creerá que hay algo en la Teosofía. Estas buenas personas olvidan que los Teósofos, como tales, son pobres, y que los propios Fundadores son los más pobres que hay, y que uno de ellos, en este caso, la humilde autora de estas líneas, carece de propiedades, y tiene que trabajar duro por el pan de cada día, cada vez que encuentra tiempo entre sus deberes teosóficos. La función de los Teósofos es abrir el corazón de los hombres y el entendimiento hacia la caridad, la justicia y la generosidad, atributos que pertenecen específicamente al reino humano y son naturales al hombre cuando ha desarrollado las cualidades de un ser humano. La Teosofía enseña al animal-hombre a ser un hombre-humano; y cuando la gente haya aprendido a pensar y sentir como los seres humanos deben sentir y pensar verdaderamente, actuarán humanamente, y las obras de caridad, la justicia y la generosidad serán hechas de forma espontánea por todos.[...]

H. P. Blavatsky

 


1- Esta carta está fechada el 3 de abril de 1888, enviada para ser leída por W. Q. Judge en la Segunda Convención Anual de la Sociedad Teosófica, Sección Americana, llevada a cabo el 22 y 23 de Abril de ese año. Aparece reproducida en el Reporte de Actas de esa convención y posteriormente en los Collected Writings, Vol. IX, págs. 241-248. El original de la misma se encuentra en los Archivos de la antigua Sociedad Teosófica de Point Loma.

Nota:

  • Traducido por los integrantes del Centro de Estudios de la Teosofía Original de Argentina en octubre de 2014.